El CBD puede ofrecer una alternativa natural para mejorar la calidad del sueño, reducir la latencia de inicio y aumentar el tiempo total de descanso, especialmente en casos de insomnio crónico, aunque se requiere personalizar dosis y consultar a un profesional.
Mecanismos de Acción del CBD en el Sueño
El cannabidiol (CBD) interactúa con el sistema endocannabinoide, modulando receptores que influyen en el ciclo sueño–vigilia y en la regulación de la ansiedad:
- El CBD potencia los efectos inhibitorios del GABA, promoviendo la relajación neuronal y facilitando la inducción del sueño.
- Modula la liberación de citocinas proinflamatorias, lo que puede reducir molestias físicas que interrumpen el descanso.
- Disminuye la actividad de la amígdala y de circuitos relacionados con la ansiedad, contribuyendo a un estado mental más tranquilo al acostarse.
Evidencia Clínica sobre CBD e Insomnio
Ensayo Piloto de Dosis Moderada (150 mg/nocturno)
Un estudio aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en 30 personas con insomnio primario comparó 150 mg de CBD sublingual 60 min antes de dormir frente a placebo. No se observaron diferencias en severidad de insomnio, latencia de inicio o número de despertares, pero el grupo de CBD mejoró la eficiencia objetiva de sueño en 6.85% tras dos semanas y reportó mayor bienestar general.
Formulación CBD–Terpenos (300 mg CBD + terpenos)
En un ensayo cruzado con 125 pacientes, 300 mg de CBD combinado con una mezcla de terpenos incrementó en 1.3% el porcentaje de sueño profundo (SWS) más REM, equivalente a hasta 48 minutos adicionales de sueño profundo en quienes partían de niveles bajos.
Revisión Sistemática
Un análisis de 34 estudios (aleatorizados, observacionales y series de casos) concluyó que el CBD solo o en combinación 1:1 con THC mejoró subjetivamente síntomas de insomnio en la mayoría de los participantes, aunque la calidad de la evidencia fue baja y faltan medidas objetivas validadas.
Estudio Crossover con Dosis Personalizada
En 45 pacientes con insomnio crónico, dosis de 1 mg/kg de CBD (más 10 mg matutinos) sublingual durante cuatro semanas aumentaron significativamente el tiempo total de sueño y redujeron la latencia de inicio y los despertares, sin efectos adversos graves.
Formas de Administración y Biodisponibilidad
- Sublingual (aceite/tintura): absorción intermedia (20–35%), inicio en 30–60 min; permite dosificar con precisión.
- Oral (cápsulas, extractos): biodisponibilidad más baja por efecto hepático (4–19%), inicio en 1–2 h; efectos prolongados.
- Inhalada (vapeo): mayor biodisponibilidad (34–56%), inicio en 2–5 min; no recomendada para nofumadores.
- Edibles (gomitas, chocolates): similar a oral, convenientes y con dosis fijas; inicio lento y variado.
Guía de Dosificación Práctica
- Comenzar con dosis bajas: 25 mg de CBD 1–2 h antes de dormir.
- Ajustar gradualmente: incrementar 25–50 mg semanales hasta encontrar el efecto deseado, sin exceder 300 mg iniciales.
- Personalizar según peso y tolerancia: estudios han usado desde 1 mg/kg nocturno hasta 300 mg fijos.
- Mantener un registro de latencia, despertares y calidad de sueño para optimizar la dosis.
Seguridad y Efectos Secundarios
El CBD tiene un perfil de seguridad favorable, con efectos adversos leves y transitorios como fatiga, sequedad bucal y cambios en el apetito. Puede interactuar con anticoagulantes y antiepilépticos, por lo que se recomienda supervisión médica.
El CBD emerge como una opción prometedora para mejorar la calidad del sueño, especialmente en insomnio crónico, al reducir la latencia de inicio, prolongar fases profundas y mejorar el bienestar subjetivo. No obstante, la evidencia clínica aún es heterogénea y requiere ensayos más grandes y estandarizados. Se aconseja comenzar con dosis bajas, ajustar de forma gradual y consultar a un especialista antes de incorporarlo a la rutina nocturna.